19 marzo, 2013

Miguel Entrena: Heinkel112 vs. P38

Tras los desembarcos aliados en el Norte de Africa, la zona se convirtió en escenario bélico. En medio del conflicto se hallaba el Marruecos Español, cuyo espacio aéreo cruzaron indebidamente ambos bandos en conflicto.

Para tratar de poner freno a esta violación de su neutralidad, el Ejército del Aire disponía básicamente de 18 anticuados Heinkel 112, que plantaron cara a los intrusos.



El problema de estar en medio.

  Bastante antes de Torch, el Marruecos español, el áera del Estrecho de Gibraltar y las Canarias, fueron escenarios de ocasionales enfrentamientos aéreos con las fuerzas antagonistas que por dichos lares operaban, como sucedió con otros paises neutrales europeos.



Marruecos español, con Gibraltar al Norte y el Africa francesa (Vichy) al Sur y al Este.
  
Empieza Torch, aumentan los problemas.
   
      Aunque los incidentes entre aviones españoles y de otras naciones sobre Marruecos se remontan a la época de la batalla de Francia, la intensidad y número de los mismos aumentó de manera alarmante con el inicio de los desembarcos aliados en las zonas norteafricanas controladas por la Francia de Vichy.
             Los enfrentamientos entre los aviones de Vichy y los aliados salpican inevitablemente al Marruecos Español, situado en plena zona de conflicto:

Situación del Marruecos Español, rodeado por el territorio norteafricano de la Francia de Vichy, en la que se efectuaron los desembarcos aliados.
 
        Así, el 8 de noviembre de 1942, el mismo “día-D” de la Operación Torch, los cazas españoles interceptan una formación de C-47 estadounidenses transportando paracaidistas, sin escolta, que atraviesa los cielos próximos a Melilla. Los Heinkel 112 del Grupo 27 los conducen fuera del espacio aéreo español sin llegar a atacarlos.
        Extrañamente, los C-47 que llevaban al U.S. 509th Parachute Infantry Regiment, volaron desde el Reino Unido hasta Orán, pasando por encima de la España peninsular sin ser molestados. Misterios de la Historia...

 Los C47 transportando paracaidistas norteamericanos, interceptados por los He112 de Nador.


        Tres de ellos, escasos de combustible y pensando sus pilotos que se hallaban sobre territorio francés, aterrizaron en aeródromos españoles, siendo internados. 
        Días más tarde, son Spitfire Mk.V británicos procedentes de Gibraltar quienes participan en un encuentro nada amistoso con los Heinkel españoles y han de regresar a su base. Uno de los Spit vuelve con un cañón reventado en la escaramuza.
        Los cazas de Vichy también participaron en este tipo de combates. Así, los Dewoitine D520 de Port Lyautey (en la actualidad, Kenitra), al norte de Rabat, se enfrentaron también a los Heinkel 112 de Nador en varias ocasiones, si bien ningún bando registró pérdidas.

 Hubo trifulcas entre los cazas franceses de Pétain y los españoles de Franco, aunque por suerte, nadie resultó abatido.
 
Intercepción de los P38F.

        Pero la guinda de este pastel de violaciones de espacio aéreo se colocaría mucho después de finalizada la Operación Torch. De hecho, por entonces el Eje estaba ya contra las cuerdas en Africa. El 3 de marzo de 1943 despegaba del aeródromo de Tauima (Nador) el Heinkel 112 del entonces teniente Miguel Entrena Klett, cuyo motor estaba arrancado en espera del avistamiento de los cazas P38 que se esperaba interceptar.

 Uno de los Heinkel 112 del aeródromo de Nador, aún desprovisto de escarapelas en las alas, la insignia del Grupo 27 y la cruz de san Andrés en el timón.

        Estos cazas bimotores, muy veloces para los aviones con que contaba el Grupo 27 de Nador (Fiat G50 y Heinkel 112) venían atravesando el espacio aéreo hispano-marroquí desde hacía días impunemente,  confiados en la ventaja que les daba su elevada velocidad de crucero. De ese modo evitaban un engorroso rodeo, pero ese 3 de marzo, el teniente Entrena iba a pasar a cobrarles el peaje.
        Despegó y ascendió tanto como pudo, a unos 3500m. para avistar poco después una formación de 11 Lockheed P38F-1 Lightning volando en dos formaciones (6 y 5 aparatos) a diferentes alturas. Para lograr opciones para su ataque, ganó más altura y maniobró para contar con el sol a su espalda. Optó por atacar la formación que iba a mayor altura y entre ellos al que cerraba la misma.
        Se aproximó picando a gran velocidad a la fomación de 6 cazas,  buscando abrir fuego contra el bimotor estadounidense. El He112 B disparó únicamente con sus dos cañones de 20mm de las alas... ¡porque no se habían cargado las dos ametralladoras del motor! Pero los contundentes proyectiles de 2cm. alcanzaron un motor V-12 Allison, que se paró y empezó a echar humo y aceite. El piloto lanzó de inmediato los dos depósitos extras y viró hacia la cercana Argelia para aterrizar en territorio propio, mientras Entrena volvía a picar endiabladamente huyendo hacia su base; si los demás P38 se volvían contra él no tendría ninguna posibilidad.

 Miguel Entrena dispara por sorpresa contra el último P38 del grupo que  sobrevuela territorio español.


        Afortunadamente esto no sucedió. Al parecer los P38, del 14  Fighter Group, USAAF, volaban para trasladarse de una base a otra, sin munición por encontrarse alejados de escenarios de combate y no esperaban ser atacados.
        Desde el despegue al aterrizaje habían pasado 15 minutos.
        El P38 aterrizó forzoso al este del río Muluya, Argelia, y sería más adelante recuperado por los americanos. Pero los depósitos, perforados por los proyectiles de Entrena y lanzados en el preciso momento del ataque cayeron... ¡a escasos metros del cuartel del Regimiento de Regulares de Alhucemas nº5!, cerca de Segangan. Vamos, más encima del territorio español, imposible.

Miguel Entrena Klett fue un piloto excepcional, que protagonizó un combate excepcional.

 Consecuencias.

         Al día siguiente, 21 Lockheed P38 en 7 formaciones de 3 cazas cada una, sobrevolaron desafiantemente Tauima, de forma reiterada como avispas enfadadas. Los cazas españoles no respondieron a la provocación... ¡Simplemente no podían! El aeródromo era un barrizal impracticable y era imposible despegar.
         A pesar de la total legitimidad de la intercepción, la delicada situación internacional del régimen de Franco, llevó a éste a prohibir la intercepción de aviones de potencias extranjeras y combatir únicamente en caso de verse atacados.

 
     Así acabamos con este repaso a los conflictos aéreos que se vivieron sobre el Marruecos Español durante la Segunda Guerra Mundial, que si bien no fue zona de guerra, distó mucho de ser un escenario “tranquilo”.



Saludos desde El HANGAR,

Firebrand

6 comentarios:

  1. Tio una explicación francamente buenisima... pero tenia entendido que el He-112B tenia un único cañon de 20mm en el motor.

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    1. ¡Hombre! Cómo me alegra que lo hayas leído, te haya molado y sobre todo... ¡Que me lo comentes! :-D
      El 112 de Entrena tenía dos cañones de 20mm y dos ametralladoras. Lo dice él y la Wikipedia también describe así el modelo B-2. Tal vez algunos prototipos lo montaran en la hélice, como el Bf109. En cualquier caso, el Jumo210 no tenía sitio para el paso de un cañón, como el DB601.
      ¿La carta que hiciste tenía los puntos de daño con un solo cañón? Tal vez haya que variarla.

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    2. Según leí que contaba Entrena, los dos cañones se encasquillaron al primer disparo, y sólo usó las dos ametralladoras MG-17 hasta agotar la munición durante la pasada en picado sobre el objetivo.

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  2. La velocidad max de un Heinkell era de 500 km/h y las de un P-38, 725 km/h.
    Es comparar un Seat 600 con un Fórmula 1.
    Es posible que se diera el caso relatado, pero a mí se me hace un poco dificil de creer.

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    1. Según relata el propio Entrena; tuvo que ascender lo suficiente para poder picar y alcanzar la velocidad máxima del He-112. Agotó la munición de las ametralladoras (los cañones se encasquillaron) y pasó como un bólido junto a los P-38, continuando el picado hasta regresar a Tauima. Los P-38, como es lógico para un vuelo de traslado, se movían a velocidad de crucero.

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    2. Muy buenos aportes, Severiano. ¡Muchas gracias!

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