20 agosto, 2012

Fairey ALBACORE - 1ª parte


          El Fairey Albacore surgió de la necesidad de buscar un sucesor al exitoso y versátil Fairey Swordfish. A pesar de tan loable propósito, Fairey se vio entorpecida continuamente por el Almirantazgo, que rechazó ideas avanzadas, como la configuración monoplana, frente a rasgos del avión que les funcionaba, el Swordfish. Además, a lo largo de la fase de estudio del proyecto, el Almirantazgo cambió sus criterios en varias ocasiones, provocando las inevitables complicaciones y demoras. Por último, los prototipos mostraron un mal comportamiento en pérdida, que exigió una revisión del diseño para conseguir un manejo seguro en los aviones de serie.

  El prototipo del Albacore voló por primera vez el 12 de diciembre de 1938.


 Debut en el Coastal Command

Albacores del 826 SQN.

        Tras superar todo este rosario de problemas de desarrollo, el 826 Sqn. recibió 12 Albacores en Ford el 15 de marzo de 1940, entrando así el nuevo modelo (por fin) en servicio. Durante abril y principios de mayo, el 826 Sqn. voló más de 400 misiones de entrenamiento sobre los polígonos de pruebas de Littlehampton, Sussex. El 21 de abril volaron a Jersey para una semana de entrenamiento en bombardeo en picado, vuelo nocturno y en formación.
        De regreso en Ford, el 826 acató la orden de proporcionar cobertura aérea a la evacuación de Dunkerque y el 29 de mayo 11 Albacores volaron hasta la base de la RAF de Bircham Newton, Norfolk, como fuerza de ataque de bombardeo en picado bajo la directiva del Coastal Command de la RAF.

La exhaustiva puesta a punto del motor Bristol Taurus y sus conexiones.

        Nueve Albacores volaron al sur, a Detling y realizaron su primera misión de combate el 31 de mayo para atacar objetivos alemanes en  Bélgica. Un bombardeo diurno, lanzando cada aparato seis bombas de 250lbs. de uso general contra las posiciones alemanas en los cruces de carreteras tras el puerto de Nieuport en Flandes. No contaban con escolta de cazas, pero tuvieron la suerte de no encontrar caza enemiga ni artillería antiaérea.
        Aquella misma noche varios Albacore patrullaron la zona de Flushing en busca de E-boats (lanchas torpederas), pero aunque un Albacore llegó a atacar a tres naves alemanas, los daños causados fueron mínimos. Cabe destacar que un Albacore llegó a ponerse a cola de un Heinkel 111, sólo para comprobar que su única ametralladora frontal no funcionaba.

 Uno de los primeros Albacore en vuelo. Nótese la elevada insignia de la deriva de los primeros modelos y la peculiar mira de torpedeo que montaron todos los aparatos, delante del parabrisas, sobre el capó.

        El Sqn. regresó a su base de Bircham Newton el 1 de junio, pero no se emitieron órdenes para nuevas operaciones. El día 5 despegaron para escoltar convoyes entre Flamborough Head y Oxfordness, prosiguiendo con ese tipo de misión durante los siguientes días. Eran misiones largas y aburridas, llegando a efectuar vuelos de hasta 5 horas sin ver otra cosa que el convoy escoltado. Para variar, el día 12 seis Albacore se dirigieron al puerto de Boulogne para bombardear por la noche una base de E-Boats.
        El 826 desempeñó un nuevo cometido, el minado. 6 Albacores salieron la noche del 15 de junio para arrojar minas en una zona concreta. El 17 y 18 del mismo mes, lanzaron más minas al mar, mientras que el día 19 bombardearon el puerto de Ijmuiden en Holanda, quedando varios objetivos en llamas. Dos días después 6 Albacore recibieron órdenes de localizar un convoy enemigo cerca de las islas Frisias en pleno día, pero acabaron separándose entre las nubes bajas y no consiguieron encontrarlo. Mejor que volver a base con su carga bélica intacta se dirigieron a atacar los aeródromos holandeses de De Kooy y Willemsoord, pero se encontraron con los Bf109E. Dos Albacore cayeron ante la caza germana, una tripulación murió y la otra aterrizó forzosamente, destruyendo su avión. El L7111:4L resultó gravemente dañado, aunque su ametrallador / telegrafista (Telegraphist Air Gunner ó TAG), Naval Airman C.J.H. Homer manejó con pericia su arma y logró derribar uno de los Bf109E. Su derribo, confirmado, le valió la Medalla de Servicios Distinguidos (Distinguished Service Medal ó DSM).

  Uno de los primeros Albacore en servicio, con el 826 Sqn., sept. 1940.

        El 24 de junio un Albacore sobrevolaba el Mar del Norte en patrulla antisubmarina cuando su hélice se detuvo repentinamente.
Su TAG (Telegraphist Air Gunner) envió un SOS que fue recibido por su base, Bircham Newton, al que simplemente respondió “esperad”, lo que no era fácil sin un motor que les mantuviese en vuelo. Sin embargo, el SOS llegó a otras dos estaciones y tras la correspondiente triangulación, notificaron al servicio de rescate dónde se encontraban –a 17 millas de Grimsby- pero no sería hasta muchas horas más tarde que conseguirían sacarlos del agua. Después volvieron las escoltas de convoyes y ataques a puertos holandeses, pero el 3 de julio de 1940 todos los Albacore fueron inmovilizados por problemas con los motores Bristol Taurus. A lo largo de las siguientes semanas todos los Albacore retenidos recibieron motores nuevos, una plancha de blindaje para la cabeza del piloto y depósitos autosellantes. Durante este tiempo, el 826 Sqn. empleó 10 Albacores en patrullas de escolta de convoyes.
        Entretanto, el 829 Sqn. se había formado con 9 Albacores el 15
de junio de 1940 en Ford y en septiembre el 828 se constituyó también con 9 Albacore más. A lo largo de 1940 los Albacore desempeñaron casi exclusivamente misiones basadas en tierra, a pesar de su cometido teórico. No fue hasta bien entrado 1941 que los Albacore embarcaron en los portaaviones de la Royal Navy. 
         Durante 1941, se constituyeron otros seis Sqns. de Albacore. Los 817, 831, 832, 820, 815 y 818 Sqns. En 1942, cuatro Squadrons de primera línea recibieron los Albacore, los 821, 822, 823 y 841. Las únicas otras unidades de primera línea que emplearon los Albacore fueron el 119 Sqn. de la RAF y el 415 Sqn. de la RCAF.

 Albacore MkI del 817 Sqn, en el simulador de vuelo FSX.

        Volviendo a 1940, el 3 de agosto los Albacore “recibieron el alta” y reanudaron las operaciones. Los del 826 permanecían de guardia durante el día por si se producía la invasión y por la noche atacaban puertos y tráfico marítimo enemigo. La noche del 12 de agosto la tripulación del 4P estuvo de suerte, ya que se toparon una barrera de globos cautivos sobre Harwich y tras engancharse con un cable, lograron cortarlo y volver a la base.
        El resto de agosto y los primeros días de septiembre los Albacore salían casi cada noche para atacar las barcazas de invasión y los puertos de la zona del Canal, así como todo E-boat que viesen. Con frecuencia el papel desempeñado por este avión ha sido ensombrecido por otras acciones de la RAF, que también atacaba los puertos enemigos. El 24 de agosto bombardearon los depósitos de combustible de Vlaardingen, cerca de Rotterdam y el 2 de septiembre los de Flushing, perdiendo un Albacore por la flak. Seis Albacore salieron el 11 de septiembre para localizar un convoy a la altura de Calais. Iban escoltados por seis cazas Blenheim del 235 Sqn. pero éstos no lograron frenar la respuesta de la Luftwaffe, cuyos Bf109 derribaron un Albacore y dañaron otros tres. Los Bf109 no lo tuvieron fácil, pues el TAG del 4P, NA Bugden derribó uno de ellos y compartió otro derribo con el TAG del 4M, R.E. Mathews y uno de los Blenheim.

El caza bimotor Bristol Blenheim Mk.IF.

        Este suceso dejó clara la necesidad de contar con los TAG en operaciones efectuadas por aviones lentos. Tales operaciones prosiguieron hasta el 3 de octubre, al ser retirado el 826 Sqn. y trasladado para entrenar sobre armamento a St. Merryn, Cornwall, el día 7.
        Operativamente, las tripulaciones de los Albacore que volaron bajo la insignia del 16 Group, Coastal Command, lanzaron más de 55 tons. de bombas contra objetivos enemigos, unas 7 tons. de minas al mar y escoltaron más de 100 convoyes contra la pérdida de sólo 5 Albacores, 4 dañados, 8 tripulantes muertos o dados por desaparecidos, de los cuales 5 habían sido hechos prisioneros.
        El 819 Sqn. operaba desde Manston, pero ésta se convertiría en la base de dos Sqns. de Hawker Typhoon dedicados a combatir la amenaza de las bombas volantes V-1. de modo que en agosto el 819 se trasladó a Swingfield, poco más de una pista de hierba junto a Folkestone. Al día siguiente se les unió el 119 Sqn., también con Albacores como parte de la No.155 (GR) Wing. El 119 se había hecho cargo de los Albacore del 415 Sqn. (RCAF) al ser éste equipado con los cuatrimotores Handley-Page Halifax el 19 de julio de 1944, aunque sólo los emplearon hasta marzo del año siguiente.


 La Batalla del Cabo Matapan

 El acorazado Vittorio Veneto. Italia contaba con buenos buques de guerra, pero carecían de radar y de portaaviones.

          Los primeros Albacore que embarcaron en un portaaviones fueron los de los 826 y 829 Sqns., uniéndose al HMS Formidable el 26 de noviembre de 1940, para dar escolta a un convoy con destino a Freetown, Sierra Leona y más adelante hasta Ciudad del Cabo. Cuando el Illustrious resultó dañado en combate, se hizo necesaria la presencia del Formidable en el Mediterráneo, donde los Albacore de los 826 y 829 Sqns. jugaron un papel crucial en la Batalla del Cabo Matapan. No obstante, durante la travesía, 5 Albacores del 826 lanzaron minas al puerto de Mogadiscio, en la Somalia italiana. Dos más se unieron al 829 Sqn. para bombardear en picado los muelles e instalaciones portuarias. El 13 y el 21 de febrero de 1941 atacaron en sendas ocasiones la base naval italiana de Massawa, el 826 hizo 12 salidas de bombardeo en picado para debilitar las defensas mientras el 829 lanzó 11 torpedos. Aunque los daños causados fueron limitados, estas acciones dieron a los aviadores una vital experiencia de combate.

 Albacores del 817 Sqn. vuelan en formación cerrada para lanzar minas.

        El 1 de marzo, los Albacore acudieron de nuevo, atacando los muelles. Uno de ellos fue abatido durante estos bombardeos. Tras cruzar el Canal de Suez sendos Sqns. desembarcaron en Dekheila, cerca de Alejandría. Seis tripulaciones veteranas volaron al aeródromo de Benina, al este de Bengasi, donde tres de ellos atacaron buques enemigos el 18 de marzo. El Sub. Lt. A.H. Blacow lanzó su torpedo contra un barco de 1.500 tons. y lo mandó al fondo. Los demás Albacore hundieron dos buques de menor tamaño a la altura de Trípoli.
        A bordo del Formidable los Albacore participaron en la que sería su más importante acción como aviones de ataque embarcados. Durante la que se conocería como Batalla del Cabo Matapan, los Albacore de los 826 y 829 Sqns. lanzaron nueve ataques con torpedos mientras el resto proporcionaba cobertura. Aquella mañana un Albacore había despegado para efectuar una búsqueda de naves enemigas tras recibirse informes de la presencia de las mismas. Con los Fulmar de los 806 y 809 Sqns. proporcionando escolta de caza, el Formidable lanzó los Albacore al ataque de la flota italiana.

 El Albacore X9185 se dirige con su torpedo hacia el objetivo.

Los Swordfish del 815 Sqn. basados en Maleme, Creta, también se unieron al combate. Los biplanos atacaron al acorazado de la Regia Marina, Vittorio Veneto, en medio de un intenso fuego antiaéreo pero sus esfuerzos fueron vanos, logrando el buque de la Regia Marina esquivar los agresivos “peces” que los biplanos británicos le lanzaron.
Por la tarde se efectuó un segundo ataque, logrando esta vez un impacto de torpedo, a costa de la pérdida del líder de la formación, quien logró dicho impacto, el Lt. Cdr. J. Dalyell-Stead RN. Pero el torpedo del Albacore había dañado el propulsor de babor e inundado con 4000 toneladas de agua al poderoso Vittorio Veneto. Este se vio obligado a detenerse para reparar en lo posible sus daños, consiguiendo retomar la navegación a 19 nudos a las 16:42.
        Los navíos británicos retomaron la persecución y lanzaron un tercer ataque aeronaval al caer la tarde, con seis Albacore y dos Swordfish, además de los dos Swordfish de Maleme. Los aviadores británicos, al mando del Lt.Cdr. W.G.H. Saunt DSC, atacaron con coraje a las naves italianas haciendo caso omiso de la fuerte barrera antiaérea. Además, el Vittorio Veneto disparaba sus 9 cañones de 381mm. (15 in.) al mar frente a ellos para crear cortinas de agua, en un intento de frustrar su ataque.

 Un Albacore en el momento de lanzar su torpedo.

           A pesar de ello, un crucero italiano de 10.000 tons., el Pola, fue alcanzado por un torpedo y dañado, deteniendo su andar. Dos naves hermanas de ésta (Fiume y el Zara) y varios destructores recibieron la insensata orden de regresar en su ayuda, con lo que sólo se logró que todas ellas fueran presa fácil de la superior escuadra británica. En plena noche, el radar de la Royal Navy y el mayor porte de los acorazados Barham, Valiant y Warspite no tuvieron rival. Estos hundieron dos destructores italianos en los cinco primeros minutos del combate, mientras otros dos escaparon, si bien uno muy dañado. También en cuestión de tres minutos, los cruceros Fiume y Zara se iban al fondo del Mediterráneo.
                 El Pola fue capturado, aunque demasiado dañado, terminó siendo echado a pique tras embarcar en los destructores a sus heridos y rescatar armamento ligero.

 El crucero pesado Pola, víctima de los Albacore.

         Tras la guerra, el almirante Angelo Iachino, al mando de la flota italiana durante la batalla, felicitaba a las tripulaciones de los biplanos
que sembraron la semilla de la derrota de su flota, por su coraje y habilidad en el ataque efectuado en la Batalla del cabo Matapan.
        Durante abril de 1941, algunos Albacore volaron a El Adem, al sur de Tobruk, para volar con la RAF durante unos días. El 25 de mayo la Mediterranean Fleet puso rumbo hacia Creta para ayudar a las fuerzas aliadas. Al día siguiente los Albacore del 826 Sqn. atacaron el aeródromo enemigo de la isla de Scarpanto bombardeando los aviones en tierra mientras por su parte, los Fulmar de escolta los batían con sus 8 ametralladoras de 7,7mm.

 Fiat CR.42 Falco de la 162 Squadriglia, 161 Gruppo Autonomo CT (Caccia Terrestre). Aeródromo de Scarpanto , islas del Egeo, 1940/1941.

Nueve horas más tarde, los Ju87 y Ju88 bombardearon en picado al Formidable, logrando dos impactos directos y varios que fallaron por muy poco. Los daños fueron lo bastante serios para forzar la retirada del Formidable y enviarlo a los Estados Unidos para ser reparado.
             El 826 Sqn. se trasladó a Dekheila, desde donde apoyaría las acciones de la RAF durante los siguientes 20 meses.


Petsamo y Kirkenes
           Tras la invasión de la URSS en junio de 1941 (Operación Barbarroja), la Royal Navy se vio obligada a prestar ayuda a su nuevo y único aliado no conquistado por el Eje, por medios directos o indirectos. Así, los portaaviones británicos atacarían las comunicaciones alemanas al norte de la península escandinava.

 Zona de operaciones de Petsamo y Kirkenes. Nótese la chocante proximidad de la frontera soviética.

        El HMS Victorious, con los 827 y 828 Sqns. a bordo (12 y 9 Albacores respectivamente) junto al 809 Sqn. con 12 Fulmars, zarparía junto al HMS Furious, que embarcaba al 817 Sqn. con 9 Albacores, el 812 Sqn. con 9 Swordfish, el 800 Sqn. con 9 Fulmars y el 880 Sqn. “A” con 4 Hawker Sea Hurricanes. Dos cruceros y seis destructores escoltarían a ambas naves, zarpando de Scapa Flow hacia Islandia para repostar combustible.
        La idea era atacar Petsamo en Finlandia y Kirkenes en Noruega mientras el minador Adventure entregaba un cargamento de minas en la base soviética de Arkhangelsk, en el Mar Blanco. La tarde del 30 de julio de 1941, el Furious lanzó 9 Albacores, 9 Swordfish y 6 Fulmars contra Petsamo mientras el Victorious lanzaba 20 Albacores y 9 Fulmars contra Kirkenes. Los 3 Fulmars que le quedaban al Victorious y los 4 Sea Hurricane del Furious darían cobertura aérea a la Flota.


           Lamentablemente la fuerza atacante había sido detectada con antelación por un avión de reconocimiento, lo que puso sobre aviso a las bases enemigas. Se pensó que esa situación reforzaba la necesidad de atacar las bases, por lo que los aviones siguieron adelante. 9 Albacores del 817 Sqn, 6 armados con torpedos y 3 con bombas, volaron bajo sobre el mar, internándose en el golfo de Petsamo, sólo para descubrir un pequeño buque, al que hundieron. También destruyeron unos rompeolas de madera a falta de objetivos dignos de ese nombre. Además, este improductivo raid le costó al Furious un Albacore y 2 Fulmars.

Un Bf109 a punto de abatir a un Fulmar.

          Sobre Kirkenes las cosas fueron diferentes, con la cobertura aérea a cargo de la Luftwaffe. Los Albacore hundieron el mercante de 2.000 tons. MV Rottver, incendiaron otro buque y dañaron diversas instalaciones de la costa. Pero al final la fuerza de ataque había perdido 11 de sus Albacores a manos de la antiaérea y la caza enemiga. Sólo uno de los biplanos regresó indemne, que además logró derribar un Ju87 con su única ametralladora delantera. Los Fulmar derribaron 2 Bf110 y un Bf109, pero dos de ellos resultaron derribados a su vez.

 Uno de los Albacores del 827 Sqn.del HMS Victorious, derribados sobre Kirkenes. Posteriormente este ejemplar sería recuperado y expuesto en el Fleet Air Arm Museum.

        Los Albacore supervivientes del Furious se trasladaron al Victorious para reponer sus pérdidas. Los planes para futuros ataques quedaron aplazados hasta la llegada de aviones más adecuados para ese escenario.


 El Albacore maltés

        A medio camino entre Libia y Sicilia, Malta es un punto estratégico en el Mediterráneo desde la Antigüedad. En la Segunda Guerra Mundial, crucial para los británicos entre Gibraltar y Alejandría y para el Eje entre Italia y el Norte de Africa. Inicialmente, los cazas que defendían la isla eran unos pocos heroicos y vetustos biplanos Gloster Gladiator, hasta que empezaron a llegar primero los Hurricane y más tarde, los Spitfire. También llegó a la isla una unidad de entrenamiento de Swordfish, el 767 Sqn., del cual la mitad regresó a Inglaterra y el resto se quedó en Malta para formar el 830 Sqn.

 Febrero de 1941, el Sub Lt. Howell posa junto a un Albacore del 767 Sqn. en Arbroath, donde siguió el curso de apontaje en portaaviones.

         El 18 de octubre de 1941, el 828 Sqn., con 11 Albacores y un Swordfish, desembarcó del HMS Ark Royal para unirse al 830 Sqn. en sus combates nocturnos contra las fuerzas del Eje en el Mediterráneo. El 28 de octubre 7 Albacores atacaron el aeródromo de Comiso con sus bombas, perdiendo un avión. La base de submarinos de Augusta recibió la visita de 4 Albacores la noche del 5 de noviembre, encajando bombas de 500 y 250 lbs. Volvieron la noche siguiente, logrando un notable éxito a pesar de la intensa antiaérea. Dos noches más tarde otros 4 Albacore bombardearon tres zonas industriales en Sicilia.

 La base naval italiana de Augusta, en la costa este de Sicilia.

         De nuevo sobre la base de submarinos de Augusta, el 8 de noviembre, 5 de estos biplanos la bombardearon con bombas de 500 lbs. GP para las dársenas, de 500 lbs. semiperforantes para los submarinos y de 25 lbs. incendiarias lanzadas desde 3500 pies (1066m.) para su mejor dispersión. A su vez, 4 Albacores bombardearon el aeródromo de Catania 24 horas después, volando a través de una densa lluvia y mala visibilidad. Por si esto fuera poco, los Albacore asumieron también la tarea de lanzamiento de minas y la madrugada del 19 de noviembre cinco de ellos volaron en línea (lado a lado) para cubrir de minas la ruta que empleaban los convoyes de suministros para Rommel.

Tres Albacore despegan, armados con torpedos, desde Malta.

           La primera operación conjunta de los 828 y 830 Sqns. se llevó a cabo el 20 de noviembre, cuando 6 Albacores del 828 y 5 Swordfish del 830 atacaron el puerto de Trípoli. El día siguiente, un Short Sunderland con base en Malta informaba de la presencia de un convoy a 12 millas al sur del cabo Spartivento (la punta de la “bota” de la península italiana). Se trataba de dos cruceros de la clase Zara escoltando a cuatro mercantes hacia Bengasi. Por tanto, un Swordfish equipado con radar ASV lideró una formación de 3 Swordfish del 830 seguidos de 4 Albacores del 828 para interceptar las naves enemigas. Los siete aviones atacantes montaban sendos torpedos equipados con detonadores Duplex que los harían estallar bien por impacto o por detección magnética. El tiempo, como de costumbre, era malo, muy nublado y con mala visibilidad. A pesar de ello, los agresivos biplanos lanzaron sus torpedos y tres de los Albacore alcanzaron con sus torpedos a dos buques de 7000 tons. y a otro de 6000. Uno de los Swordfish también consiguió un impacto contra uno de los cruceros, el Duca degli Abruzzi, que quedó fuera de combate durante siete meses.

El Luigi di Savoia Duca Degli Abruzzi, de maniobras en 1938. Alcanzaba unos impresionantes 34 nudos. A pesar de las vicisitudes de la guerra, permaneció en servicio hasta 1961.

        Seis Albacore lanzaron minas a la entrada de Ras Makhabey el 22 de noviembre; aunque la idea original era minar la entrada de Trípoli, ¡30 millas más al este! El 27 de noviembre 5 Albacores despegaron para bombardear el aeródromo de Castel Benito, pero se encontraron con una densa capa de nubes, si bien tres de ellos consiguieron atravesarla y bombardear en picado sus objetivos. 24 horas más tarde lo intentaron de nuevo, sólo para verse envueltos en una tormenta con aparato eléctrico. Volando con notable insistencia, se vieron recompensados saliendo de la tormenta por el lado opuesto del aeródromo, bombardeándolo, aunque uno de los Albacores fue destruido por un impacto directo de fuego antiaéreo.


  Un Albacore del 828 Sqn, con base en Hal Far, Malta.
 
Durante el final de noviembre y primeros de diciembre el tiempo fue tan malo que fueron muy pocas las operaciones que pudieron realizarse, los aeródromos de hierba eran auténticos lodazales. Una de esas pocas fue el 3 de diciembre, que vio despegar a 4 Albacore para bombardear Augusta una vez más y tres días después otros cuatro bombardearon aeródromos junto a Trípoli.
En un ataque contra buques de suministro unas noches más tarde, un Albacore lanzó su torpedo demasiado cerca del agua, de modo que éste golpeó bruscamente la superficie, destrozándose así la rueda izquierda y dañándose los timones del torpedo, que no pudo navegar correctamente, por lo que se perdió en el mar. El avión se estrelló al aterrizar forzoso en Hal Far.
            Con la intención de seguir presionando al enemigo, una fuerza de Albacores y Swordfish lanzaron minas ante el puerto de Trípoli la noche de Navidad. Las lluvias torrenciales, tempestades, tormentas eléctricas y persistentes capas de nubes bajas anunciaron la llegada de 1942. La forzosa estancia en tierra permitió al personal de tierra efectuar exhaustivos mantenimientos y puestas a punto de sus muy fatigados biplanos.

 Además del combate, los accidentes también pasan factura en Malta: El Swordfish “M” del 830 Sqn. se acercó demasiado al Albacore y lo dejó como puede verse.
 
Estaba quedando claro que el Albacore carecía de la legendaria fiabilidad mecánica de su predecesor, el Swordfish. Se dio un ejemplo el mismo 1 de enero de 1942 cuando cuatro Albacore despegaron para lanzar minas en las cercanías de Zuara y uno de ellos regresó prematuramente por problemas en el alternador. Un Bf109 lo atacó cuando se acercaba a aterrizar, alcanzándole con sus disparos. Otro lanzó su mina antes de llegar a la zona por problemas eléctricos. El tercero lanzó su mina también antes de tiempo al averiarse su motor, se le vio por última vez cruzando la costa de Túnez echando humo. El cuarto sí, consiguió lanzar su mina sobre el objetivo previsto y regresar sano y salvo.
La noche siguiente, dos Albacore salieron para atacar sendos mercantes enemigos, guiados por un Wellington con radar. Aunque se notificaron impactos contra dichos buques, uno de los dos Albacore fue dañado por la antiaérea. El 828 quedaba reducido a 8 Albacores y el 830 contaba con sólo 2 Swordfish con los que sembrar de minas el puerto de Trípoli. Objetivo que solía implicar un fatigoso y estresante vuelo de 6 horas, en ocasiones para comprobar que las bengalas no funcionaban.
           Con el mal tiempo los biplanos de trasladaron a Luqa, que contaba con pistas firmes. Los pocos Albacores y Swordfish disponibles estaban  siendo equipados con radares ASV (Air-Surface Vessel) que ayudaban notablemente en la búsqueda de navíos enemigos durante las misiones nocturnas. El problema era que había realmente pocos Albacores operativos para efectuar esas misiones. La escasez de repuestos se cobraba un alto peaje.

Un Albacore arde en Malta, destruido tras un ataque aéreo germano.
 
         El almirante Boyd ordenó a uno de sus pilotos de Egipto que llevase un Sqn. de Albacores de relevo a Malta, pero cuando llegó al hangar de mantenimiento sólo encontró dos y no estaban en condiciones de vuelo. Salió en solitario el 9 de febrero siguiendo la costa norteafricana, llegando a Hal Far al día siguiente. Tres más seguirían ese rumbo a lo largo del mes, pero uno se estrelló cerca de Gazala, otro desapareció en el mar entre Bengasi y Malta y el tercero logró alcanzar la isla, elevando la fuerza de Albacores del 828 Sqn. a... ¡Cinco unidades! De todos modos sólo había seis tripulaciones para utilizarlos y el 830 no andaba mucho mejor con sus Swordfish.
          Esto no impidió a los valerosos pilotos de los desfasados biplanos seguir atacando buques del Eje. El 31 de enero 3 Albacores encontraron un mercante a la luz de la luna y lo dejaron escorado, con al menos un impacto de torpedo en su casco. El procedimiento habitual consistía en un Albacore (o Swordfish) dotado de radar ASV liderando el vuelo. Este localizaba los blancos y portaba bengalas, que lanzaba un poco adelantadas al rumbo del barco objetivo, de modo que éste quedase iluminado en el momento de efectuarse los ataques con torpedos de los demás biplanos. Así fue durante la noche del 15 al 16 de febrero cuando un Swordfish ASV y 4 Albacores torpederos atacaron una fuerza naval enemiga compuesta por 4 cruceros y 9 destructores al noroeste de Malta. Aunque los Albacore tenían órdenes de regresar a Malta antes del amanecer, para evitar un peligroso encuentro con los Bf109 de la primera patrulla diurna del Eje, el líder del vuelo decidió que el objetivo era demasiado importante para abandonarlo y permanecieron en la zona de combate hasta el final.
          Los Albacore enviaron con éxito sus torpedos a dos cruceros y un destructor. El último en aterrizar de regreso en Malta no lo hizo hasta pasadas las 9 de la mañana; por suerte para ellos... ¡los Bf109 se retrasaron aquel día!

 Los Albacore y Swordfish supusieron una constante espada de Damocles para la Marina italiana.

          Otros reducidos grupos de Albacores siguieron efectuando ataques a lo largo del mes, aunque el 22 de febrero fue la Luftwaffe la que bombardeó Hal Far, destruyendo tres y dañando otros tres Albacores del 828 Sqn. Ataques como ése fueron in crescendo durante marzo, causando bajas adicionales en ambos Sqns. Para sacar mejor partido a los recursos disponibles, el 828 y el 830 se fusionaron en una nueva unidad, un “Naval Air Squadron”, para dar una mejor capacidad operativa aunque ambos Sqns. mantuvieron sus identidades a nivel administrativo.

Por ejemplo, cuando un convoy enemigo fue localizado a 25 millas de Linosa, un Swordfish ASV lideró a tres Albacore para atacarlo, pero sin resultados distinguibles. Había tan pocos Swordfish disponibles que casi siempre ellos se encargaban de emplear el radar ASV y lanzar bengalas sobre los blancos para facilitar el ataque en sí, efectuado por Albacores.
           Para julio de 1942 ambos Sqns. contaban entre los dos con un reducido puñado de aviones, de modo que el lanzamiento de bengalas y otras tareas tuvieron que ser asumidas por los Wellington de la RAF.

Vickers Wellington Mk.I ASV, con las cuatro grandes antenas del radar en su lomo.
 
Y así fue la cosa... Un Swordfish y 2 Albacores torpedearon un buque de 5000 tons. la noche del 2 al 3 de septiembre, forzándolo a embarrancar. Un destructor fue víctima del ataque de un Swordfish y 2 Albacores, guiados por un Swordfish ASV, que le acertaron en mitad del casco. La noche del 18 al 19 de octubre un Albacore y 2 Swordfish atacaron un convoy integrado por 4 transportes de suministros y 7 destructores, hundiendo uno de los mercantes.
Un grupo de ataque aún más reducido, compuesto por un Swordfish ASV, uno torpedero y un Albacore atacaron un buque enemigo dejándolo inmóvil en el mar. El mismo grupo salió la noche siguiente, encajando uno de sus torpedos en un petrolero de 6000 tons.
La escasez de repuestos alcanzaba tintes surrealistas, hasta el punto de que algunos Swordfish y Albacores se mantenían en vuelo... ¡gracias a componentes de aviones enemigos derribados sobre la isla! El personal de tierra hizo verdaderos milagros, llegando a reconstruir un Albacore prácticamente destruido en un bombardeo, empleando piezas de otros aviones destruidos, propios y alemanes, así como otros elementos fabricados artesanal y extraoficialmente en el propio taller.
          Por otra parte, el Afrika Korps se batía en clara retirada a finales de 1942 y otros dos Squadrons de Albacores, 821 y 826 (sólo la mitad de éste, pues la mitad de sus Albacores eran de gran ayuda en los combates finales del Desierto Occidental) llegaron a Malta para evitar que los suministros del Eje alcanzasen su destino.

Un Albacore del 821 Sqn. calienta su Taurus antes de despegar hacia Malta, equipado con un depósito ventral y contenedores subalares con recambios.
 
Tres Abacores del 821 Sqn. estaban de patrulla la noche del 19 de enero de 1943 y torpedearon un barco de 5000 tons. que acabaría zozobrando y otro más pequeño, de 2000, que se partió en dos y se hundió. Dos Albacore nunca regresaron de sus misiones, pero la buena noticia era que el Afrika Korps había sido expulsado de Trípoli el 23 de enero.
             El 9 de febrero fue la vuelta al minado. Cuatro Albacores del 828 lanzaron minas magnéticas de 1500 lbs. a la entrada del puerto de Trapani. El 22 de marzo el 826 Sqn. fue trasladado de regreso al Norte de Africa, donde sus Albacore estaban siendo echados de menos.

Albacores del 821 Sqn. sobrevuelan la “Blue Grotto” en la agreste costa de la isla de Malta.

         Con mal tiempo, una formación de Albacores del 828 Sqn. volaba a través de Sicilia el 12 de marzo, a la búsqueda de buques enemigos, siendo los primeros en hacerlo allí desde el comienzo de la guerra. Aunque uno de ellos fue alcanzado por una intensa artillería antiaérea cerca de Palermo, prosiguieron con su rastreo. Por fin, encontraron un petrolero de 8000 tons. que fue alcanzado por un torpedo en mitad del casco. Un rápido vistazo antes de poner rumbo de regreso les permitió comprobar que el buque se había detenido y un destructor se acercaba en su auxilio.
         La noche siguiente, otro Albacore del 828 Sqn. echó a pique otro petrolero, pero hubo bajas que incluyeron al CO del Squadron. A pesar de ello, el 828 Sqn. prosiguió con los ataques el resto del mes, a veces con torpedos y a veces con bombas de 250 lbs. Además, en algunas ocasiones los Albacore del 828 y del 821 Sqns. volaban juntos en algunas misiones para aumentar su capacidad ofensiva, aunque los objetivos empezaban a ser más escasos. Muchos de los barcos enemigos eran de escaso tonelaje y trataban de escurrirse en la noche rescatando tropas alemanas de la costa tunecina.

Perfil de uno de los Albacores del 821 Sqn. que reforzaron a sus compañeros en la asediada isla de Malta.

Por su parte, la caza nocturna alemana estaba presente en la costa siciliana pero extrañamente contaban una pequeña luz roja en el morro que daba una cierta alerta previa a los tripulantes de los Albacore, aunque algunos de ellos fueron derribados.
            A lo largo de los meses de mayo y junio, el 821 Sqn. estuvo muy ocupado lanzando minas y bengalas mientras el 828 Sqn. atacaba cualquier buque enemigo que encontrase. El 31 de mayo dio comienzo la Operation Corkscrew (sacacorchos), el plan para la invasión de la isla italiana de Panteleria y fueron los Albacore del 828 los que marcaron con sus bengalas y dirigieron el fuego para el bombardeo naval que efectuó el crucero Orion. Esta clase de misiones continuaron hasta la rendición de la isla, el 10 de junio.

 Un torpedo alcanza el costado de un petrolero de 8000 tons.
La nocturnidad y el radar contribuyeron decisivamente al éxito de los Albacore.

            La noche del 18 al 19 de junio, en el puerto siciliano de Siracusa, un Albacore del 828 Sqn. hundió el Velino, un petrolero italiano de 8000 tons. Para finales de mes, al 828 no le quedaban más que tres Albacores funcionales y el 826 Sqn. regresó desde Africa para relevarlo, momento en que el tan combativo 828 Sqn. dejó de existir. La fuerzas aliadas desembarcaron en la costa sur de Sicilia el 10 de julio y a medida que la lucha se desplazaba cada vez más al norte y a la misma Italia, el trabajo de las fuerzas aeronavales en Malta comenzó a decaer.

            Dejamos por ahora la escasamente conocida historia de combate del Fairey ALBACORE, el previsto sucesor del celebérrimo Swordfish.
            Como habéis visto, si bien no logró su relevo, sí consiguió aportar un potencial bélico equivalente o complementario, logrando numerosos éxitos para aviación militar británica, así como un muy reivindicable arrojo y combatividad por parte de sus entregados aviadores.

¡Saludos desde EL HANGAR!


20 julio, 2012

EL ULTIMO COMBATE DEL “MESSER”


Esta entrada se sale bastante del ámbito habitual del blog, pero me parece acertado incluirla dada la relevancia del avión protagonista en la 2ªGM.


 El Messerschmitt Bf109 fue la punta de lanza de la caza alemana durante el inicio de 2ªGM y a pesar de la aparición del excelente FW190, nunca dejó experimentar actualizaciones que lo mantuvieron en producción hasta el fin de la guerra. Esa punta de lanza fue afilada por primera vez en España; el 109 voló en combate, a nivel de sus primeros prototipos, por primera vez en la Guerra Civil. Posteriormente las primeras versiones llegaron en mayor número a sumarse a los combates.

 Uno de los primeros Bf109, arrancando su motor en España

Tras la contienda mundial, el bloqueo internacional que sufrió la España de Franco motivó que la única posibilidad de conseguir un avión de caza consistiera en la fabricación de una versión del 109 con otro motor, ya que los originales hacía años que habían desaparecido. Tras muchas pruebas insatisfactorias con un Hispano-Suiza de 12 cilindros en V, se adoptó el Rolls-Royce Merlin 500, que irónicamente había equipado al viejo enemigo del 109, el Spitfire.

 Un motor Rolls-Royce 500, en la sevillana Hispano Aviación

 Las penurias, la ruina económica, el aislamiento internacional de los años de posguerra y las dificultades de adaptar el Merlin a la célula del Messerschmitt, retrasaron el desarrollo de la versión española del 109, llevado a cabo por la Hispano Aviación de Sevilla, hasta 1956. En esas fechas, en que los primeros combates entre MiGs y Sabres a reacción ya habían tenido lugar sobre Corea, el Buchón nacía totalmente obsoleto como caza.

Firebrand ante el Sabre del Museo del Aire de Cuatro Vientos, Madrid

 Bajo esas circunstancias, las tensiones en el Sahara Español, que sufrió a finales de 1957 ataques procedentes de Marruecos, se convirtieron en una guerra no declarada en la que España no podía emplear los flamantes reactores North American F-86 Sabre. Los Sabre habían logrado merecida fama sobre Corea, pero las condiciones de entrega por parte de Estados Unidos (que no perdían ocasión de torpedear el colonialismo de sus ¿aliados?) implicaban que sólo podían emplearse sobre la Península. Así que los “paracas” tenían que saltar desde los Junkers52, como los alemanes sobre Creta, mientras que el apoyo aéreo se basaba en los CASA2111 (Heinkel 111 de fabricación española con motores RR Merlin).

Paracaidistas se dirigen a un Ju 52

El CASA 2111 del Museo del Aire
 
 Para mejorar esa cobertura aérea se recurrió a los entrenadores biplazas T-6 Texan, convenientemente adaptados al ataque al suelo, procedentes de la Armé de l’Air francesa y los HA-1112ML Buchón. Como estos aviones monomotores carecían de autonomía para llegar a la zona en conflicto, los Texan fueron enviados discretamente en barco, mientras que se forzó a los cazas C4K o “Messer” (como los llamaban sus pilotos) que volasen hasta allí, para no dar méritos a la Marina, en una muestra de absurdas rivalidades internas, muy en la línea de las dictaduras que habían formado el Eje. Ese vuelo “por sus medios” implicó la febril creación de depósitos auxiliares para los Buchón, no desechables, absolutamente artesanales, además del riesgo tremendo que se corrió al efectuar un vuelo de muy larga distancia, con un equipo de navegación simplísimo, apurando la autonomía de los aviones. De hecho, uno de ellos se perdió en el viaje, salvándose el piloto por pura suerte. A pesar de lo arriesgado e innecesario del “salto”, el vuelo de la escuadrilla en tales condiciones no dejaba de ser realmente meritorio por parte de sus protagonistas.

 Los Buchón vuelan hacia Africa, con el gran depósito auxiliar

 Los “Messer” tuvieron, además, otro problema no para llegar, sino simplemente para salir, debido a las intensas lluvias que convirtieron su base de El Copero, en Sevilla, en un barrizal. Así que entre unas cosas y otras, los “Messer” no pudieron volar a El Aaiún hasta el 30 de enero de 1958. Cerca de un mes y medio después de comenzar el follón en la zona, lo que motivó que, injustamente, el general Héctor Vázquez, Gobernador Militar del Sahara, recibiera a los aviadores no ya con frialdad, sino flagrante descortesía, a pesar de su logro a nivel de pilotaje. El líder de la formación y del Ala 7, comandante Isidro Comas, se tuvo que tragar el sapo de tan inmerecido recibimiento.

 El gran depósito, vacío, dificultaba las maniobras y el aterrizaje

 En cuestión de 48 horas, el esforzado personal de tierra, tuvo listos a los “Messer” para entrar en acción, estrenándose el 2 de febrero con un reconocimiento armado sobre Saquia El Hambra en el que no consiguen ver nada relevante. La cabina del 109 era minúscula y su visibilidad, bastante mejorable. En posteriores vuelos, los pilotos informan que sólo ven grupos de camellos asustados por el rugido de sus motores Merlin. El Alto Mando llega a la conclusión de que los camellos no andan solos por ahí y por lo tanto o son del enemigo o incluso el enemigo se esconde bajo ellos, por lo que ordena a los cazas del Ala7 que disparen contra los camellos con los cañones de 20mm., prohibiendo expresamente el uso de los cohetes Oerlikon por su alto coste.

 El objetívo más inverosímil para el Messerchmitt

 El día 9 despegan para atacar asentamientos enemigos en Um El Fersig y Guleita Tafudart. Día en que los últimos cazas de Willy Messerchmitt comienzan los que, posiblemente, serían sus ataques más surrealistas. Los desdichados camellos son reventados en manadas por los mortíferos proyectiles explosivos de 20mm. Así, durante varios días, con pasadas a ras de las dunas bajo el sol del desierto... Pero por fortuna, tan cuestionables ataques finalizaron gracias a las quejas del Ejército de Tierra y en particular de La Legión, que se lamentaban de la peste insoportable que echaban los montones de camellos muertos pudriéndose ante ellos.


  Pero las últimas misiones del “Messer” no se limitaron a la masacre de camellos. En compañía de los North American T6 Texan  prestaron cobertura aérea a los desembarcos de tropas y material en las playas de El Aaiún (que carece de puerto). Aunque en misiones de reconocimiento armado se prefirió a los CASA 2111, de vuelo más lento y con una excelente visibilidad gracias a su carlinga totalmente acristalada, los Buchones y Texans atacaron con gran éxito los refugios rebeldes sitos en una zona montañosa, en cuevas y oquedades que recibieron las contundentes visitas de los cohetes Oerlikon de 80mm., en ocasiones llegando a entrar en las mismas.

 Los T-6 Texan se revelaron como eficaces aviones de ataque

 Estas acciones implicaban volar a muy baja cota, por debajo de las crestas de las colinas, regresando los aviones atacantes agujereados por las armas automáticas de la tropa enemiga.

 Un "Messer" lanza cohetes Oerlikon contra los refugios enemigos

 Este tipo de ataques se repitieron también con éxito sobre Edchera y el espolón de Aureiegt. En las cercanías del lago Tennuaca, un importante foco de resistencia enemiga, los Messer y los Texan atacaron tan intensamente, que pusieron en fuga al enemigo, evitando combates terrestres. Aunque el “canto del cisne bélico” del Messer careció de enfrentamientos aéreos, puso de relieve la valía del genial diseño de Willy Messerchmitt.

 Como los Typhoon sobre Francia, los aviones de ataque españoles hicieron huir al enemigo

 Curiosamente, las bajas entre los Buchón que participaron en aquellos últimos combates no se debieron a la lucha, sino a las pésimas condiciones que reinaban en su aeródromo. La pista era un arenal en que cada avión que despegaba levantaba una polvareda que imposibilitaba el despegue al siguiente hasta pasados unos minutos, que el piloto debía aguardar insufriblemente ante el terrible solazo del desierto; para escapar del horno en que se convertía la cabina, los pilotos arrancaban apenas vislumbraban algo. Dicha precipitación dio lugar a dos graves accidentes en que los pilotos no sufrieron daños, pero sus aviones resultaron hechos chatarra.

 Dos C4K accidentados en El Aaiún

 Un enemigo adicional de los "Messer" fue el terrible clima desértico, agravado por la presencia del aire marino. La salinidad y las temperaturas extremas, que iban de más de 45 al mediodía a bajo cero por la noche, afectaron a casi todas las aeronaves, muchas de las cuales debieron ser dadas de baja por corrosión al regresar a la Península. A pesar de ello, los Buchón regresarían a Africa en posteriores crisis, si bien no llegaron a entrar en combate. Por otro lado, continuó en servicio en el Ejército del Aire hasta octubre de 1965 ¡Casi 30 años, desde la época de los biplanos hasta los primeros vuelos supersónicos!

 El último logro, tal vez el más conocido, del Messerchmitt español, fue su participación en el rodaje del clásico del cine bélico “La Batalla de Inglaterra”. Se salvaron in extremis unos cuantos aviones de acabar en el desguace y se convocó a los más experimentados pilotos del Ala7 para volarlo en las escenas aéreas de la película, consiguiendo impresionar a personajes de la relevancia de Adolf Galland, Peter Townsend o Hugh Dowding, que asesoraron el rodaje. La actuación de los “experten” españoles como pilotos alemanes y los Buchón como sus hermanos mayores, los Bf109E, fue tan espectacular que aquellos aviones, construidos como un recurso de emergencia, continuaron hasta hoy interpretando ese papel en otras películas y exhibiciones aéreas de todo el mundo.

 Los Buchón fueron sorprendenteme caracterizados como Hurricanes polacos para una breve escena de "La Batalla de Inglaterra"

Caracterizados en su papel estelar, como los Bf109 de "La Batalla de Inglaterra"

  La historia del Buchón comprende, lógicamente, muchas más historias, pero hemos querido centrarnos en sus últimas “hazañas bélicas” y en la notable pervivencia de un caza brillante y emblemático. Desde aquí os recomendamos investigar con más profundidad en la apasionante historia del “Messer” español.

 


Saludos desde EL HANGAR

FIREBRAND