Esta
entrada se sale bastante del ámbito habitual del blog, pero me parece acertado
incluirla dada la relevancia del avión protagonista en la 2ªGM.
El
Messerschmitt Bf109 fue la punta de lanza de la caza alemana durante el inicio
de 2ªGM y a pesar de la aparición del excelente FW190, nunca dejó experimentar
actualizaciones que lo mantuvieron en producción hasta el fin de la guerra. Esa
punta de lanza fue afilada por primera vez en España; el 109 voló en combate, a
nivel de sus primeros prototipos, por primera vez en la Guerra Civil.
Posteriormente las primeras versiones llegaron en mayor número a sumarse a los
combates.
Uno de los primeros Bf109, arrancando su motor en España
Un motor Rolls-Royce 500, en la sevillana Hispano Aviación
Las
penurias, la ruina económica, el aislamiento internacional de los años de
posguerra y las dificultades de adaptar el Merlin a la célula del
Messerschmitt, retrasaron el desarrollo de la versión española del 109, llevado
a cabo por la Hispano Aviación de Sevilla, hasta 1956. En esas fechas, en que
los primeros combates entre MiGs y Sabres a reacción ya habían tenido lugar
sobre Corea, el Buchón nacía totalmente obsoleto como caza.
Firebrand ante el Sabre del Museo del Aire de Cuatro Vientos, Madrid
Bajo
esas circunstancias, las tensiones en el Sahara Español, que sufrió a finales
de 1957 ataques procedentes de Marruecos, se convirtieron en una guerra no
declarada en la que España no podía emplear los flamantes reactores North
American F-86 Sabre. Los Sabre habían logrado merecida fama sobre Corea, pero
las condiciones de entrega por parte de Estados Unidos (que no perdían ocasión
de torpedear el colonialismo de sus ¿aliados?) implicaban que sólo podían emplearse
sobre la Península. Así que los “paracas” tenían que saltar desde los
Junkers52, como los alemanes sobre Creta, mientras que el apoyo aéreo se basaba
en los CASA2111 (Heinkel 111 de fabricación española con motores RR Merlin).
Paracaidistas se dirigen a un Ju 52
El CASA 2111 del Museo del Aire
Para
mejorar esa cobertura aérea se recurrió a los entrenadores biplazas T-6 Texan,
convenientemente adaptados al ataque al suelo, procedentes de la Armé de l’Air
francesa y los HA-1112ML Buchón. Como estos aviones monomotores carecían de
autonomía para llegar a la zona en conflicto, los Texan fueron enviados
discretamente en barco, mientras que se forzó a los cazas C4K o “Messer” (como
los llamaban sus pilotos) que volasen hasta allí, para no dar méritos a la
Marina, en una muestra de absurdas rivalidades internas, muy en la línea de las
dictaduras que habían formado el Eje. Ese vuelo “por sus medios” implicó la
febril creación de depósitos auxiliares para los Buchón, no desechables,
absolutamente artesanales, además del riesgo tremendo que se corrió al efectuar
un vuelo de muy larga distancia, con un equipo de navegación simplísimo,
apurando la autonomía de los aviones. De hecho, uno de ellos se perdió en el
viaje, salvándose el piloto por pura suerte. A pesar de lo arriesgado e
innecesario del “salto”, el vuelo de la escuadrilla en tales condiciones no
dejaba de ser realmente meritorio por parte de sus protagonistas.
Los Buchón vuelan hacia Africa, con el gran depósito auxiliar
Los
“Messer” tuvieron, además, otro problema no para llegar, sino simplemente para
salir, debido a las intensas lluvias que convirtieron su base de El Copero, en
Sevilla, en un barrizal. Así que entre unas cosas y otras, los “Messer” no
pudieron volar a El Aaiún hasta el 30 de enero de 1958. Cerca de un mes y medio
después de comenzar el follón en la zona, lo que motivó que, injustamente, el
general Héctor Vázquez, Gobernador Militar del Sahara, recibiera a los
aviadores no ya con frialdad, sino flagrante descortesía, a pesar de su logro a
nivel de pilotaje. El líder de la formación y del Ala 7, comandante
Isidro Comas, se tuvo que tragar el sapo de tan inmerecido recibimiento.
El gran depósito, vacío, dificultaba las maniobras y el aterrizaje
En
cuestión de 48 horas, el esforzado personal de tierra, tuvo listos a los
“Messer” para entrar en acción, estrenándose el 2 de febrero con un
reconocimiento armado sobre Saquia El Hambra en el que no consiguen ver nada
relevante. La cabina del 109 era minúscula y su visibilidad, bastante
mejorable. En posteriores vuelos, los pilotos informan que sólo ven grupos de
camellos asustados por el rugido de sus motores Merlin. El Alto Mando llega a
la conclusión de que los camellos no andan solos por ahí y por lo tanto o son
del enemigo o incluso el enemigo se esconde bajo ellos, por lo que ordena a los
cazas del Ala7 que disparen contra los camellos con los cañones de 20mm.,
prohibiendo expresamente el uso de los cohetes Oerlikon por su alto coste.
El objetívo más inverosímil para el Messerchmitt
El
día 9 despegan para atacar asentamientos enemigos en Um El Fersig y Guleita
Tafudart. Día en que los últimos cazas de Willy Messerchmitt comienzan los que,
posiblemente, serían sus ataques más surrealistas. Los desdichados camellos son
reventados en manadas por los mortíferos proyectiles explosivos de 20mm. Así,
durante varios días, con pasadas a ras de las dunas bajo el sol del desierto...
Pero por fortuna, tan cuestionables ataques finalizaron gracias a las quejas
del Ejército de Tierra y en particular de La Legión, que se lamentaban de la
peste insoportable que echaban los montones de camellos muertos pudriéndose
ante ellos.
Pero
las últimas misiones del “Messer” no se limitaron a la masacre de camellos. En
compañía de los North American T6 Texan
prestaron cobertura aérea a los desembarcos de tropas y material en las
playas de El Aaiún (que carece de puerto). Aunque en misiones de reconocimiento
armado se prefirió a los CASA 2111, de vuelo más lento y con una excelente
visibilidad gracias a su carlinga totalmente acristalada, los Buchones y
Texans atacaron con gran éxito los refugios rebeldes sitos en una zona
montañosa, en cuevas y oquedades que recibieron las contundentes visitas de los
cohetes Oerlikon de 80mm., en ocasiones llegando a entrar en las mismas.
Los T-6 Texan se revelaron como eficaces aviones de ataque
Un "Messer" lanza cohetes Oerlikon contra los refugios enemigos
Como los Typhoon sobre Francia, los aviones de ataque españoles hicieron huir al enemigo
Dos C4K accidentados en El Aaiún
El último logro, tal vez el más conocido, del Messerchmitt español, fue su participación en el rodaje del clásico del cine bélico “La Batalla de Inglaterra”. Se salvaron in extremis unos cuantos aviones de acabar en el desguace y se convocó a los más experimentados pilotos del Ala7 para volarlo en las escenas aéreas de la película, consiguiendo impresionar a personajes de la relevancia de Adolf Galland, Peter Townsend o Hugh Dowding, que asesoraron el rodaje. La actuación de los “experten” españoles como pilotos alemanes y los Buchón como sus hermanos mayores, los Bf109E, fue tan espectacular que aquellos aviones, construidos como un recurso de emergencia, continuaron hasta hoy interpretando ese papel en otras películas y exhibiciones aéreas de todo el mundo.
Los Buchón fueron sorprendenteme caracterizados como Hurricanes polacos para una breve escena de "La Batalla de Inglaterra"
Caracterizados en su papel estelar, como los Bf109 de "La Batalla de Inglaterra"
La historia del Buchón comprende, lógicamente, muchas más historias,
pero hemos querido centrarnos en sus últimas “hazañas bélicas” y en la notable
pervivencia de un caza brillante y emblemático. Desde aquí os recomendamos
investigar con más profundidad en la apasionante historia del “Messer” español.
Saludos desde EL HANGAR
FIREBRAND
FIREBRAND
¡Joder¡ Yo estuve destinado en el Ala nº 7 de Caza-Bombardeo, y viví todo eso.
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