Junkers
Ju87G
Stuka
kanonenvogel
Tras
la invasión de la URSS en 1941, se hizo evidente para los alemanes que los
medios blindados de los soviéticos eran técnicamente muchísimo mejores que los
suyos, en ocasiones prácticamente inmunes al armamento medio alemán.
Afortunadamente
para los invasores, los carros soviéticos eran pésimamente empleados,
prácticamente carecían de repuestos, de intercomunicación por radio y de
municiones en cantidades adecuadas. Además las tripulaciones recibían un
adiestramiento ínfimo y a veces ni lo recibían.
Esto explica los éxitos iniciales de Barbarossa a
pesar de la diferencia técnica entre los carros de uno y otro bando. A pesar de
ello, cundió entre los carristas alemanes un claro sentimiento de pánico a los
carros rusos medios y pesados, casi invulnerables a sus armas en combates
frontales normales.
El T34,
símbolo del Arma Acorazada Soviética, tan superior a los carros alemanes cuando
éstos los descubrieron, que Heinz Guderian intentó que la industria alemana lo
fabricase tal cual, a partir de unidades capturadas.
Con el tiempo (y millones de bajas) las tácticas soviéticas mejoraron y aunque no alcanzaban la excelencia de las muy bien entrenadas tripulaciones alemanas, los T34 y otros carros y cazacarros eran más y más numerosos y letales a medida que avanzaba la guerra. Se hacía evidente la necesidad de un avión específicamente antitanque.
Dos Henschel
Hs129 B2 se dirigen hacia su objetivo, sacudidos por la artillería antiaérea.
A tal
efecto se diseñó el bimotor Henschel Hs129, el primer
avión creado específicamente como antitanque. Sin embargo, se produjo en
cantidad demasiado escasa y era necesario adaptar los modelos disponibles a ese
rol. Por tanto, se efectuaron pruebas con diversos aviones a este efecto. Sin duda la
más notable y eficaz de esas adaptaciones fue la del Ju87 Stuka, cuya variante
D fue modificada para llevar un cañón antiaéreo Flak 18 (37mm.) bajo cada
semiala.
El
“Kanonenvogel” tuvo dos versiones. La G-1 era una versión de transición,
integrada por unidades originalmente fabricadas como D-3 de envergadura corta,
a las que se les eliminaron los soportes de bombas, las ametralladoras de las
alas y los frenos de picado. No obstante, mantenían los puntos de anclaje o
instalación de dichos elementos, como puede verse en la boca de ametralladora
tapada de este G1:
Por el
contrario, el G-2 fue construido según el diseño del D-5, de mayor envergadura,
pero sin incluir en su fabricación los elementos de la variante de bombardeo.
Es decir, era
construido desde cero como un avión completamente nuevo.
En ambos
casos, fue el Stuka que peor volaba, en cuanto a prestaciones y
maniobrabilidad. El peso (450kg cada cañón) y volumen de los dos cañones eran
un lastre notable y le hacían aún más vulnerable a la antiaérea y caza enemiga
que al Stuka normal. Pero eran letales contra los blancos terrestres, en
particular contra los blindados. Para la destrucción de tanques, el “Bord
Kanone 3,7cm.” empleaba un proyectil perforante de núcleo de tungsteno, con una
velocidad de salida de 850 m/s, de resultados devastadores. Los Junkers 87 G
atacaban a los tanques rusos desde atrás, buscando la zona menos blindada. El
proyectil atravesaba la tapa del motor o la plancha trasera, provocando la
explosión del carro enemigo.
Incluso lateralmente
contra blindados medios, es impresionante la enorme potencia del proyectil, que
no llega a los 4 cm. de diámetro:
Contra otros
objetivos menos protegidos, como trenes, barcazas o camiones, podía incorporar
otros proyectiles de alto explosivo, de equivalente capacidad destructiva. De
hecho, el gran As del Ju87 G, Hans-Ulrich Rudel destruyó numerosas
embarcaciones en las primeras misiones del “Kanonenvogel”.
Este
video muestra el tremendo poder destructivo del mismo, en manos del famoso
Rudel:
El principal inconveniente
de esta devastadora arma era la escasa munición que transportaba, tan sólo 12
disparos. Aunque si lo comparamos con la carga de cohetes habitual en un avión
de ataque al suelo, tampoco está tan mal. Los proyectiles se alojaban en dos
peines iguales a cada lado del cañón, cada peine con 6 proyectiles.
El
armamento defensivo era el habitual de los Stuka D3 y 5 en los que se basaba el
G, la MG81 doble de 7,92mm. Al contrario que su equivalente soviético, el Il-2
Sturmovik, blindado hasta el punto de que los pilotos alemanes lo apodaron
“zementbomber” por su resistencia a los disparos, el Stuka “Kanone” no contaba
con protección blindada adicional respecto a los modelos D (salvo algunas
unidades de las pruebas iniciales), lo que hace sorprendente su índice de supervivencia
en un entorno tan hostil como el Frente del Este.
Las
acciones del Ju87 G en el Este, recreadas:
Fue allí
donde volaron la mayor parte de sus misiones de combate, pero también acudieron
al ataque en el Frente Occidental en las últimas fases de la guerra.
Hans Ulrich Rudel
La
historia del “Stuka Kanone” va ineludiblemente asociada a este incomparable
piloto, posiblemente el mejor piloto de ataque de todos los tiempos y el más
condecorado de los soldados alemanes. Curiosamente, al igual que otros ases,
sus comienzos fueron irregulares y llegó a ser muy mal considerado por sus
superiores. Sin embargo, la invasión de la Unión Soviética y la consiguiente
necesidad de pilotos de combate le dio la ocasión de desarrollar
espectacularmente su gran talento.
Una combinación explosiva.
Su
impresionante hoja de servicios incluye el hundimiento del acorazado soviético Marat,
con una enorme (para un Ju 87B) bomba de 1000kg. También echó a pique un
crucero y un destructor.
El Marat, alcanzado en
plena santabárbara, se hundiría en el lecho del puerto de Kronstadt.
Voló en más de 2500
misiones de combate y fue derribado 32 veces, aunque nunca por la caza enemiga.
Fue herido en cinco ocasiones y perdió una pierna, pero
siguió volando a pesar de ello y de la insistencia en persona del propio Hitler
en que dejara de hacerlo. Se negaba a aceptar las condecoraciones si se lo
impedía.
Participó
en la batalla de Stalingrado hundiendo o dañando más de 400 barcazas enemigas.
Llevó a cabo las primeras pruebas experimentales del Ju87 G.
Destruyó
más de 500 blindados enemigos, 800 vehículos diversos, 150 emplazamientos
artilleros, cuatro trenes blindados y un montón de puentes.
Tuvo
ocasión de pilotar un FW190 D9, con el que ganó justamente el título de As de
caza al superar 5 derribos. Llegó a derribar 11 aviones, aunque al menos uno de
ellos, un Sturmovik, lo reventó con los cañones de su “kanonenvogel”.
Condecoraciones:
1. Cruz de
Hierro de 2ª Clase, 10 nov. 1939.
2. Cruz de
Hierro de 1ª Clase y Distintivo de Aviación de Asalto en Oro, 18 jul. 1941.
3. Copa de
Honor por Actos Distinguidos en la Guerra Aérea, 20 oct. 1941.
4. Cruz
Alemana en Oro, 8 dic. 1941.
5. Cruz de
Caballero, 6 ene. 1942, tras más de 400 misiones de combate.
6. Hojas de
Roble para la Cruz de Caballero (no. 229), 14 abr. 1943, tras más de 1000
misiones de combate.
7. Espadas
para la Cruz de Caballero (no. 42), 25 nov. 1943, tras más de 1600 misiones de
combate.
8. Brillantes
para la Cruz de Caballero (no. 10), 29 mar. 1944, tras más de 1800 misiones de
combate y más de 200 tanques destruidos.
9. Hojas de
Roble de Oro para la Cruz de Caballero (único receptor de dicha condecoración),
29 dic. 1944, tras más de 2400 misiones de combate y 463 tanques destruidos.
10. Medalla de
Oro al Valor de Hungría (no.8, otorgada en sólo ocho ocasiones, siendo Rudel el
único extranjero), 14 ene.1945.
11. Medalla
de Plata al Valor Militar de Italia.
Este es
un muy breve resumen de su excepcional registro de combate, pues un análisis
detallado daría para un libro. Por cierto, él mismo escribió uno, titulado
“Piloto de Stukas”, de gran interés y amena lectura. Su biografía es tan
interesante como podéis imaginar y os invito a investigarla. En la Wikipedia
hay un extenso artículo que os puede ser útil en ese sentido.
¡Saludos desde EL HANGAR!
Firebrand
Muy bien, buen análisis, si te das cuenta, el mecánico lleva un peine de 6 disparos, y con uno mas en la recámara se completan los 7 tiros del cañón de 37. Cuando le preguntaron a Rudel que hubiese hecho con los cientos de disparos de un cañón actual, el respondió:
ResponderEliminar"Ganar la guerra yo solo"
Era un poco pedante y engreído el niño, aunque tenia motivos para serlo.
¡Muchas gracias! Por lo que he leído, eran dos peines simétricos con 6 disparos cada uno, no habría "bala en recámara". En el simulador, desde luego, son 12 tiros, lo he comprobado.
EliminarRudel era todo un personaje. Para bien y para mal, fue uno de los pocos ases alemanes que no rechazaron ni a Adolf ni el nazismo y tal vez el único que los siguió defendiendo con vehemencia. ¡A pesar de todo lo que supuso para Alemania y los alemanes! También tuvo los huevos de arriesgarse a aterrizar tras las líneas rusdas para intentar rescatar a compañeros caídos...
El articulo bestial... ahora... el HS-129 es un avión que me encanta... joder era un tanque volante coño.
ResponderEliminarProyecto de carta al canto coño.
Pero había muy pocos coño :-D
EliminarAdemás, tuvo muchos problemas de desarrollo debido a su gran peso; no se le pudo instalar con éxito el Bk37 del Ju87G y la versión con el Pak40 era casi incapaz de volar.
¡Y muchas gracias, RUY! Me encanta que te haya gustado :-)
EliminarBueno, yo he leido lo de los 7 tiros en el libro "La Luftwaffe" de Cajus Becker.
ResponderEliminarPero como no puedo asegurar su exactitud en nada, (mete la pata hasta en la leyenda de las fotos) pues eso... además, eso puede haber sido una práctica "insegura", aunque una bala, segun Rudel, equivalia a un carro destruido.
Curiosamente, mi suegra me regaló ese mismo libro, que lo tenía ella por casa. No recuerdo el detalle sobre los 7 tiros que comentas, pero simplemente por lo que he encontrado, lo del simulador (que para estas cosas es bastante fiel) y lo que se ve en las fotos, me he inclinado porque eran 12 disparos, 6 en cada peine a cada lado.
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