Pilotos neutrales
combatiendo contra todos
Con una evidente escasez de medios, la Fuerza Aérea Suiza plantó cara a
las fuerzas contendientes en la SGM, defendiendo su espacio aéreo de
violaciones y ataques de ambos bandos, ayudando mantener una difícil y compleja
neutralidad.
Estalla la Guerra
Ante
la inminencia de la guerra, la Fuerza Aérea Suiza movilizó la totalidad de sus
fuerzas el 28 de agosto de 1939, sólo tres días antes del comienzo de la
invasión de Polonia. Hizo bien, en vista del respeto que demostró Hitler por
los países neutrales.
Alemania no sólo no respetaba la neutralidad suiza, con quien, por
otra parte, mantenía una intensa relación comercial, sino que llegó a elaborar
un plan de invasión que nunca se llevó a cabo.
Por su parte, Suiza
desarrolló una estrategia defensiva en la línea de Finlandia frente a la URSS:
Si Alemania les atacaba, se encargarían de que la invasión le resultase más
costosa en hombres y material que lo que pudiese conseguir con una victoria.
Al comienzo, durante la
campaña de Polonia y la “drôle de guerre”, apenas hubo más conflictos que las
tensiones diplomáticas típicas entre el vecino matón y el que se mantenía en
sus trece.
Eso cambió durante la campaña de
Francia.Flugwaffe vs Luftwaffe
Bf
vs. Bf
Paradójicamente,
Alemania se mostraba amenazante y violaba los cielos de Suiza... ¡después de
venderle algunos de sus mejores cazas! En efecto, irónicamente, la mayor y mejor parte
del material de combate aéreo era de origen germano. En 1938, llegaron a Suiza
10 Bf109D (matrículas J-301 a J-310). Tras esta
adquisición, Suiza compró otros 80 Bf109E-3 (J-311 a J-390), que llegaron al
país alpino entre abril de 1939 y abril de 1940. Todos los Messerschmitt
sumaban un importe a las arcas suizas de 36,6 millones de francos suizos.
El
último de los Bf109D suizos, J-310.
Se
diferencia de los E en el gran radiador “de barbilla” y la hélice bipala.
Alemania emprendió su ofensiva hacia el Oeste el 10 de mayo de 1940 y
Suiza movilizó su Fuerza Aérea por segunda vez. Con razón, puesto que la
Luftwaffe alemana violó el espacio aéreo suizo desde el mismo comienzo de la
campaña. Los cazas suizos procedieron a la intercepción de aeronaves alemanas
desde dicho momento, de un modo más bien esporádico.
El mismo 10 de mayo al
amanecer, un Bf109 E suizo pilotado por el teniente Hans Thurnherr de la FliegerKompanie (FlKp) 6, interceptó un bimotor
alemán alemán no identificado (más tarde indicaría que era un Ju88). Tras un
breve intercambio de disparos que no produce ningún resultado apreciable, ambos
aviones regresan a sus bases. De este modo relativamente inofensivo comienza el
enfrentamiento entre la Flugwaffe suiza y la Luftwaffe alemana. En cuestión de
horas, los combates iban a tornarse más costosos.
Un atajo muy desaconsejable.
Esa misma jornada, por la tarde, un He111 del II/KG51 penetra en Suiza sobre Brenets, en dirección al lago Constanza, seguramente con intención de atajar en el vuelo de regreso a su base tras un bombardeo en la región de Dôle, en Francia. La patrulla en alerta de Dübendorf, integrada por dos Bf109 E de la FlKp 21, pilotados por el capitán Hörning y el teniente primero Albert Ahl, se aprestan a su intercepción. Lo alcanzan sobre Bütschwil y le disparan una ráfaga de advertencia que no obtiene respuesta, por lo que proceden al ataque del bombardero alemán, que acabó en un pantano austríaco, apenas rebasada la frontera.
He111
ZH+CH abatido en las cercanías de Zurich el día 16 de mayo.
Muerte en los cielos de Junio
Los
combates más serios de los cazas suizos contra los intrusos alemanes tuvieron
lugar al comenzar junio. El día 1, el Capitaine Jean Roubaty, de la Compagnie d’Aviation 6, se anotó el
tercer derribo de la caza suiza contra los aviones alemanes. Es el piloto del
Bf109 E3 suizo que aparece en el pack “Eagles of the Reich”, compuesto de 18
Bf109 y tres mazos de cartas de maniobra “B” correspondientes al mismo. Por
algún error, en la carta el nombre está mal y aparece como “Roubarty”. Abrió
fuego contra un Heinkel 111 de la IV/KG53 que se rompió en el aire y se
estrelló contra las colinas al oeste del lago Biel, matando a sus cinco
tripulantes.
Imagen que representa a Roubaty -que no Roubarty- en Wings of
War.
El
2 de junio, otro Heinkel, un He 111 P-2 de la VIII/KG55 se había separado de
sus camaradas, al resultar dañado su motor derecho tras el ataque de un Potez
631 durante el bombardeo del aeropuerto Lyon-Bron. Averiado, trataba de acortar
por el espacio suizo, esquivando la defensa antiaérea de Ginebra. Sin embargo,
el capitán Werner Lindecker y el teniente Erwin Aschwander se posicionan para
interceptarlo y disparan contra él obligándole a aterrizar forzoso en Ursins, a
escasa distancia de la frontera y de un cuartel de fusileros suizos, que
acudieron a la carrera al avión. Por desgracia, el artillero Hans Lindner había
sido gravemente herido en la cabeza y fue rescatado con sumo cuidado de los
restos del Heinkel, pero murió al día siguiente. Sus compañeros fueron
internados.
El
4 de junio, mientras los británicos evacuaban Dunquerke, los Bf110 de la
Zerstörergeschwader 1 y varios Heinkel 111 de la KG55 ejecutan las órdenes de
Goering, multiplicando las violaciones del cielo suizo y las consiguientes
alarmas aéreas y salidas de la caza helvética, que perseguirá dichas
violaciones en la medida de sus posibilidades.
Un par de
Bf109E suizos despegan para interceptar aviones enemigos.
A las
14:22 suenan las alarmas. El jaleo empieza con un combate entre 12 Bf110 y la
caza francesa sobre territorio galo, pero se va desplazando desde la zona de
Pontarlier hasta la frontera suiza. Los dos tripulantes de un vetusto biplano
de reconocimiento EKW C-35 de la FlKp 1, lieutenants Morier y Feldmeier, se encontraban
patrullando las montañas de Jura y con tanto valor como escasas posibilidades,
se lanzan al combate. La audaz intervención no tuvo más éxitos que mostrar el
increíble arrojo de los suizos y su propia supervivencia. Algo más tarde, la
caza suiza localiza un Heinkel 111 aislado, al que no llegan a atacar.
El intento
de ataque con esta máquina a los Bf110 nos da idea del arrojo de los aviadores
suizos.
En esos momentos, la Fuerza Aérea Suiza despliega
todos su medios disponibles:
A las 14:30 dos Bf109E de la FlKp 15 (1st. lieutenant
Kuhn y lieutenant Erwin Aschwanden) despegan de la base d’Olten, seguidos a las 14:58 por otros dos Bf109E de la
FlKp 6 (lieutenants Jean-Paul Benoît y Alfred Wachter) procedentes de Thoune.
A las 15:03 dos Morane D-3800 (MS-406 suizos) de la Fl Kp 13 (1st.
lieutenant Wittwer y lieutenant Heiniger) salen de Bözingen seguidos a las 15:15 por otro Bf109E, el
de Aschwanden, que despega por segunda vez en menos de
una hora.
A las
15:19 la Fl Kp 15 envía tres Bf109 (1st. lieutenant Homberger,
lieutenant Friedrich Egli y 1st. lieutenant Rufer).
A las 15:23 dos Bf109 de la Cie.Av.
9 con base en Lausana (capitaine Pista Hitz y lieutenant Nipkow) ponen rumbo al macizo de
Jura. La Fl Kp 15 se mantiene al pie del cañón, enviando a las 15:35 una nueva
patrulla. Por si todo esto no fuese suficiente, más Moranes de la Fl Kp 14 y Bf109 de la Fl Kp 15 se echan al aire,
aunque no llegan a establecer contacto con aeronave enemiga alguna.
Los “segundones”
D-3800 se unen al combate.
La Fuerza Aérea Suiza no dudó en desplegar toda su
caza.
Con semejantes fuerzas en
juego, se monta un dogfight elegante. Dos pilotos de la Cie.Av. 6 y tres
Bf110 entablan el primer combate; el lieutenant Benoît dispara contra el ala de uno de
los Bf110, que inmediatamente efectúa un viraje en dirección a Francia. Benoît
no puede comprobar el resultado de su ataque, pues los otros dos Bf110 se ponen
a su cola y debe emprender una maniobra evasiva.
Los pilotos suizos empiezan a tomar consciencia de
que están entrando en el juego alemán, trazado para llevarles a una trampa en
la que les aguardan más Bf110 listos para dispararles. A lo largo de la tarde,
los combates entran en un crescendo de violencia y complejidad. Los
pilotos de la cruz blanca tienen que echar mano de toda su habilidad y
experiencia para lidiar con los agresivos pilotos germanos, determinados a no
dejarles marchar sin lucha, así como a tratar de llevarles al lado equivocado
de la frontera.
Estos combates van mucho más allá de las intercepciones
aisladas que los precedieron, con un carácter evidentemente premeditado y
planificado.
La patrulla de la Fl Kp 15 que ha despegado a las
15:35 se compone de dos Bf109D (con
radios defectuosas) pilotados por el 1st. lieutenant Rudolf Suter y el
lieutenant Rudolf Rickenbacher. Una vez sobre Saignelégier, Suter descubre una
formación de tres aviones enemigos, a mayor altura. A pesar de que se da cuenta
de que su punto no
está con él, se lanza en persecución de los intrusos pero no consigue darles
alcance y ha de regresar a base sin volver a localizar a su compañero. Lo
encontrarán algo más tarde, en un campo cerca de Béocourt, a unos 30 km. del
punto en que Suter se dio cuenta de su ausencia. La investigación revelaría que
el joven piloto, con más de 1000 horas de vuelo, había disparado sus armas y su
avión había sido alcanzado por disparos enemigos. Al saltar de su avión
abatido, la tela del paracaídas se incendió, se desprendió del arnés y el joven
piloto cayó de una fatal altura de 1800m.
El piloto
de caza suizo lieutenant Rudolf Rickenbacher.
Rudolf Rickenbacher fue enterrado tres días más
tarde, acompañado por una gran multitud que le rindió homenaje, además del
reconocimiento del enemigo, que envió flores a su tumba. La corona fue enviada
por el Mariscal Goering, que fue airadamente increpado por el pueblo suizo,
poco receptivo a esa clase de gestos “caballerescos”.
Además de sufrir la única baja de la jornada, la Fl
Kp 15 fue la más activa aquel día, con sus 13 aviones en el aire.
Los Morane D-3800 tuvieron un papel secundario en los
combates del día 4, pues sus pilotos aún estaban en proceso de aprendizaje con
ese modelo. El único éxito atribuido a los D-3800 en 1940 es una victoria
probable compartida, acaecida el mismo día 4. El lieutenant Ewald Heininger de la Fl Kp 13
(D-3800 / J-34) y su punto se unen a una patrulla de 5 Bf109 que combaten
contra un grupo de 8 Bf110 que habían atravesado la frontera por la zona de Saignelégier. En el curso de la lucha, Heininger y el 1st lieutenant Wittwer atacan repetidamente a un
Bf110, pero no pueden comprobar el resultado de los disparos.
Los
Morane de fabricación suiza (D-3800) llegaron a disparar contra los Bf110, pero
no pudieron comprobar los daños que causaron.
En ambos bandos se aprecia el auge de los combates:
Dos Bf110 caen a tierra y los suizos encajan el primer derribo y muerte de un
piloto. Además muchos Bf110 resultaron dañados, así como unos 12 Bf109 suizos.
El balance resultó meritorio para las alas suizas, ya que se enfrentaron en una
proporción desfavorable de casi 2:1. Un
resultado premonitorio de la total incapacidad que los Bf110 mostrarían en
la Batalla de Inglaterra frente a los cazas monomotores. Un avión alemán
llevaba a bordo una orden que afirmaba “lleven a los suizos a combatir y
destruyan tantos cazas como puedan”. Las sospechas de los pilotos helvéticos
quedaban confirmadas.
La Luftwaffe busca la revancha
“El Imperio contraataca”: Un Bf110 se cierne sobre
el biplano suizo C-35.
El
sábado 8 de junio a las 11:30 de la mañana, tres Bf110 alemanes atacaron un
anticuado biplano de reconocimiento suizo, un EKW C-35, sobre Pruntrut, en las
montañas Jurásicas. se trataba de los Bf110 de la II./ZG 1. Seguían las órdenes del
Kommandant del Fliegerkorps V, General Robert Ritter Von Greim, exhortando a
sus cazas pesados a disparar contra todo monomotor que encontrasen. Era un paso
más en su estrategia de llevar a la caza suiza a una trampa tendida por fuerzas
superiores. De hecho, sólo esa jornada, se contabilizó un mínimo de 113
violaciones aéreas sobre Suiza.
El venerable C-35 atacado no tenía la menor
oportunidad y los cazas pesados alemanes lo derribaron matando a sus dos
tripulantes, piloto Leutnant Rodolfo Meuli y observador Oberleutnant Emilio
Gürtler de la Fliegerkompanie 10. Los proyectiles alemanes les alcanzaron
mortalmente en cabeza, cuello y espalda antes de estrellarse con su avión. No
les dio tiempo ni a quitar los seguros de sus armas; además, hubo testigos que
afirmaron ver a los aviones alemanes ametrallando los restos destrozados de
avión y tripulantes.
El pesado
armamento del Bf110 destroza el C-35 y a sus ocupantes.
La
noticia corrió como la pólvora entre los pilotos suizos, declarando la alerta
todas las unidades y despegando 15 Bf109 de la Cp av 6, Flkp 15 y 21, con todos sus
pilotos ardiendo en deseos de vengar a sus camaradas. Los 30 bimotores germanos
de la ZG 1 esperaban pacientemente la prevista respuesta de la airada caza
suiza, con intención de atraerlos al lado malo de la frontera, para justificar
la intervención de fuerzas aún superiores.
Los Bf110 montaron su emboscada estableciéndose en
tres círculos defensivos, a 2000, 4000 y 6000m. A los mandos del Bf109 J-328,
el 1st lieutenant Homberger, de la Flkp 15, es la primera víctima de la trampa.
En el momento en que sale de una nube, es atacado por un Bf110, que se lanza en
su persecución, en un vertiginoso picado
que termina en las copas de los árboles. Alcanzado por los disparos en pulmón y
pelvis, salva la vida gracias a su monedero, que detiene una tercera bala que
le hubiese matado. Con una
perfecta combinación de fortuna y habilidad, pudo esquivar el resto de ataques
y aterrizar en Bözingen... ¡Herido y con una sola rueda! Los disparos habían
dañado el sistema hidráulico. A pesar de todo, logró aterrizarlo, para perder
la consciencia una vez detenido su Bf109.
Los
impactos en el Bf109 de Homberger que causaron sus heridas.
Rudolf
Homberger y su Bf109 quedaban fuera de combate (el avión contaba 34 agujeros,
además de los daños del aterrizaje), pero un Zerstörer aterrizó muy dañado en
Réchésy.
En
cuanto al Zerstörer que persiguió y disparó contra Homberger, fue perseguido a
su vez por un camarada suyo, 1st lieutenant Kuhn. Este disparó contra el caza bimotor alemán, matando al piloto, unteroffizier Alois Scholz y provocando la caída del avión en
las cercanías de Triegen, a las 12:55. El ametrallador trasero, obergefreiter Walter Hoffmann, saltó en paracaídas. Otros dos
Bf110 persiguieron a su vez al B109 de Kuhn, que escapó a toda velocidad con el
avión un tanto agujereado.
En
lo alto, el cielo se llenaba de trazos mortales, a veces contra cruces blancas
y a veces contra cruces negras.
Las negras recibieron más balazos, cuando el lieutenant Streiff (Fl Kp 21) derribó otro Bf110, cuyo ametrallador saltó
también en paracaídas, pero éste se enganchó al timón y arrastró al desgraciado
aviador a la muerte.
Los
aviadores suizos desbaratan el plan alemán.
Un
tercer Bf110, averiado por la acción conjunta de cazas y antiaéreos, aterrizó
forzoso en Oberkirch y su
tripulación fue internada en Kiental. Los cazas de la Flugwaffe dispararon
contra un cuarto Bf110 sin llegar a derribarlo, pero sus tripulantes se
llevaron de recuerdo unas balas en el cuerpo, que les harían visitar el
hospital. Entre los que no volvieron a su base se encontraba el propio
staffelkapitän Gerhard Kadow.
Otras
fuentes elevan las pérdidas alemanas del 8 de junio a 5 bimotores. En todo
caso, con una proporción de dos a uno, los pilotos suizos habían demostrado que
a los Zerstörer les sentaban muy mal los aires helvéticos; su trampa se
había vuelto contra ellos.
El
revelador balance final de los combates de aquel verano fue de 11 aviones
perdidos por Alemania y 2 por Suiza, junto con tres tripulantes muertos. Pueden
parecer cifras anecdóticas comparadas con las que se darían más adelante en la
vorágine de destrucción que implicó la 2ªGM, pero en aquellos momentos fueron
el resultado de toda la fuerza que cada nación lanzó al combate.
El combate político
Todos estos combates aéreos y sus resultados tuvieron su eco en las
altas esferas políticas de cada país. Hay que recordar que las violaciones
aéreas germanas no fueron casuales o debidas a errores. Basta comparar dichas
intrusiones con las del resto de contendientes:
Francia: 3
Italia: 10
Alemania: 233
Con
la “templanza” que le caracterizaba, Adolf Hitler estaba furioso al ver que su
poderosa Luftwaffe estaba siendo vapuleada por la Flugwaffe suiza... ¡y
mediante cazas alemanes! Alguien con un complejo de superioridad como el suyo,
odiaba a los suizos, su independencia y su democracia (ya nos gustaría en
muchas democracias “aparentes” ser una así). En agosto de 1942 llegaría a
definirlos como una espinilla en la cara de Europa.
Todas las jornadas de combates se saldaron
negativamente para la Luftwaffe.
A medida que los
mencionados combates aéreos sobre Suiza se iban resolviendo muy mal para
Alemania, su diplomacia actuó protestando oficialmente ante Suiza el 5 de
junio. El día siguiente, Herman Goering, jefe de la Luftwaffe, añadió sus
protestas a las diplomáticas, argumentando que la mayoría de aviones alemanes implicados
en los combates se encontraban sobre suelo francés y los que hubiesen entrado
en el espacio aéreo suizo, lo habrían hecho por error. Alemania exigía a Suiza
compensaciones económicas y disculpas a nivel oficial respecto a lo sucedido.
Como hemos visto,
tanto las intrusiones alemanas como la enérgica defensa suiza siguieron
adelante, de modo que Alemania emitió una segunda comunicación el día 19, aún
más amenazadora, en la que calificaba los combates aéreos que se venían
produciendo como casos de agresión flagrante, que de seguirse dando, llevarían
a Suiza a tener que afrontar sanciones y venganza por parte alemana.A pesar del exitoso y casi sorprendente resultado de los combates, los números cantaban: Suiza contaba con una fuerza de 380 aviones y Alemania con 4000. Un enfrentamiento abierto era insostenible.
Monumento a Henri Guisan en Avenches,
jefe de las
Fuerzas Armadas Suizas durante la 2ªGM.
El
día siguiente, 20 de junio, Henri Guisan, comandante en jefe de las Fuerzas
Armadas Suizas, dio órdenes de cesar las intercepciones de aviones extranjeros
en las áreas fronterizas y el 1 de julio el Consejo Federal se disculpó por las
posibles violaciones de espacio aéreo de los cazas suizos, si bien no reconocía
que esto hubiese llegado a ocurrir. El 16 de julio Alemania declaró que los
incidentes quedaban archivados.
Así
finalizaban los fieros y poco conocidos combates que los suizos sostuvieron contra
la Alemania nazi aquel verano. Porque despegarían más adelante para tirar de
las orejas a muchísimos aviones del Eje y Aliados que sobrevolarían su país.
Pero ésa es
otra historia...
¡Saludos
desde EL HANGAR!
Firebrand
Brillante exposición, de un episodio muy poco conocido, de difícil resolución, pues ambos contendientes se necesitaban, sobretodo a Suiza como agente pagador de las compras del eje. Es relevante el hecho de que las mejores versiones de los Dewoitine sirviesen en Suiza y no en Francia. Lo que queda claro, es que ser vecino de Alemania era algo muy duro. Te agradezco mucho esta entrada.
ResponderEliminarMe alegra de veras tu comentario. Ha sido una entrada complicada, pues como dices, es un episodio tan poco conocido como muy interesante. Así que las (pocas) fuentes que he conseguido encontrar, incurrían en contradicciones o estaban en francés, idioma que controlo muy poco, pero que afortunadamente es muy similar al nuestro.
EliminarMe parece que te confundes con los "Dewoitine". Los aviones suizos de origen francés son "Morane-Saulnier" construidos en Suiza, del tipo MS406 y otras versiones, sólo que en Suiza se llamaban D-3800.
Si, eso, que torpe, Especialmente me refería al MS450 que carecía de entelados y disponía de algo más de potencia. Es que los años no perdonan.
ResponderEliminarTú tranki... que errar es humano. Tal vez se agrave con los años, pero no tienen para nada la exclusiva.
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