Matsumi
Nakano
y
Chuichi
Ichikawa
Matsumi Nakano
El
símbolo del timón es la inicial de su apellido en el alfabeto silábico japonés
(na).
He buscado exhaustiva e
infructuosamente la biografía de este As japonés, especialmente distinguido en
el pilotaje del Ki-61 en la defensa de Japón frente a los superbombarderos B29.
Unicamente he logrado encontrar el relato de los hechos de
armas respecto a tales acciones, que referiré a continuación.
Su
primera victoria contra los B29 tuvo lugar el 3 de diciembre de 1944, cuando
Nakano atacó una escuadrilla de 12 B29 que volaban en formación sobre Tokio.
Después de atacarlas varias veces infructuosamente mediante técnicas
convencionales, decidió embestir una de las aeronaves enemigas con su propio
caza. Con la hélice de su Ki-61 destruyó el timón de un B29 y consiguió su
derribo, mientras él aterrizaba forzoso en un arrozal en la región de Ibaraki.
Matsumi Nakano se lleva por delante el timón
del enorme bombardero.
A pesar del impacto, logró
aterrizar forzoso su Ki-61 con daños leves.
Esta acción supuso para
Nakano y su compañero en aquel combate, Masao Itagaki, la concesión del
“Bukosho”, la máxima condecoración militar japonesa y que hasta aquellos
momentos tan críticos para la nación sólo se había concedido a título póstumo.
A los
pocos días, su Ki-61 con la hélice aún dañada por la colisión, era exhibido en
el exterior de unos grandes almacenes en Matsuya, en la región de Tokio, junto
a una reproducción a escala real de un B29 y varias piezas recuperadas del
bombardero abatido. Sorprendentemente, lo escaso de los daños en la parte
inferior de su avión sugiere que habría aterrizado en el arrozal con el tren
desplegado.
El
deteriorado morro del Hien de Nakano, expuesto junto a la silueta de un B29.
Nakano volvería a derribar
un B29 por el método de embestida el 27 de enero de 1945, de nuevo acompañado
por Masao Itagaki. En esta ocasión interceptaron un grupo de 10 B29. Nakano
atacó en picado a un cuatrimotor y falló, tras lo cual voló en su persecución y
destrozó su cola, provocando su caída. Tras el derribo, aterrizó forzoso con
éxito una vez más.
Solamente
él e Itagaki recibieron una aún más rara segunda medalla de “Bukosho” Clase A.
Su registro final ascendía a tres B29 derribadas, una dañada y dos Grumman F6F
Hellcats derribados.
El
ejemplar que representa a Nakano en Wings of Glory es un Ki-61 I-B (Otsu)
equipado con 4 ametralladoras de 12,7mm.
Matsumi
Nakano.
Chuichi Ichikawa
El Ki 61 I-Kai D representando a Ichikawa.
El avión original, cuya rarísima decoración
(el trébol no tiene ningún significado especial en la cultura japonesa) lo hace
diferente a cualquier otro, era un Ki 61 I–D (Tei) que montaba dos cañones de
20 mm en el capó y dos ametralladoras de 12,7 en las alas.
El
modelo presentado por ARES es una versión de intercepción con esas dos
ametralladoras en el capó y dos cañones de 30 mm en las alas.
Este peculiar aparato no
fue pilotado únicamente por Ichikawa, sino que también fue la última montura de
Kobayashi durante la guerra.
Chuichi Ichikawa fue uno
de los mayores Ases de cazas monomotores contra las B29 que arrasaban Japón en
los últimos meses de la guerra. Nació en Tokio en 1918 e ingresó en la Escuela
de Vuelo del Ejército de Kumagaya en calidad de cadete en el Programa de Vuelo
Juvenil en febrero de 1936. obtuvo su graduación al año siguiente, tras la cual
se unió al 9 Sentai.
El Incidente de Nomonhan (la guerra ruso-japonesa en
Khalkin-Gol) estaba finalizando cuando Ichikawa llegó a Manchuria para
incorporarse a su unidad, de modo que no llegó a participar en ningún combate.
Seguramente esto fue una suerte para él, ya que en septiembre de 1939, el 9
Sentai volaba los anticuados Kawasaki Ki-10, los últimos cazas biplanos del
Ejército Imperial, inferiores a sus rivales soviéticos.
En
1941, Ichikawa se trasladó a la División de Inspección del Aire, donde efectuó
vuelos de prueba con nuevos aviones, desarrollando su potencial de combate. En
diciembre de 1942 ingresó en la
Academia de Vuelo del Ejército y tras graduarse en junio del siguiente año, fue
destinado al 78 Sentai en Rabaul, que empleaba el Nakajima Ki-43-II “Oscar”. Al
poco de su incorporación, la unidad se trasladó a Nueva Guinea, un escenario
que no tardaría en ganarse el siniestro apodo de “Cementerio de pilotos de caza
del Ejército”.
Tres Ki
43-II del 77 Sentai sobrevuelan la jungla. Equivalente al Zero en la Fuerza
Aérea del Ejército Imperial, sufrió como el caza naval una progresiva
obsolescencia frente a la continua mejora de los cazas aliados.
Tras varios meses de
acción casi ininterrumpida, el Ki-43 de Ichikawa se incendió en el transcurso
de un combate y el piloto sufrió graves quemaduras. A pesar de ellas,
sobrevivió y le trasladaron a un hospital en Japón para su restablecimiento.
Una vez recuperado, Ichikawa se unió al 244 Sentai basado en Chofu, encargado
de la defensa de la capital Imperial.
Sería
éste el cometido que llevaría a Ichikawa a alcanzar la fama, al combatir contra
los formidables B29 con tanta osadía como destreza.
Ichikawa
da “las buenas noches” a un B29 mediante un demoledor ataque frontal.
La
noche del 15 de abril de 1945 derribó dos de estas “Superfortress” y dañó una
tercera. Uno de tales derribos lo consiguió gracias a una colisión intencionada
contra el avión enemigo con su Ki-100. Tras el tremendo choque, saltó en
paracaídas gravemente herido. Gracias a esta valerosa acción, Ichikawa recibió
la máxima condecoración japonesa, el Bukosho. De hecho, es uno de los
sólo cinco pilotos que lo recibieron de Clase A. Sin esperar a
recuperarse de sus heridas, volvió al combate con sus camaradas del 244 Sentai
sólo 10 días más tarde. Por añadidura, recibió el ascenso a capitán en junio.
Al finalizar la guerra, el registro del capitán Ichikawa totalizaba nueve B29
derribados y seis más dañados, además de un único F6F Hellcat abatido.
A
pesar de resultar gravemente herido en combate en dos ocasiones, sobrevivió a
la guerra. Pero, como Kobayashi, moriría durante los años 50 “con las botas
puestas”, pues se estrelló cuando volaba para la compañía privada Aoki en 1954.Chuichi Ichikawa. |
Con la historia de los dos pilotos que acompañan a Teruhiko Kobayashi en los Ki-61 elegidos por Ares para sus miniaturas, terminamos por
hoy.
Si
has leído esto y tienes información sobre la vida de Matsumi Nakano que yo no
he logrado encontrar, te agradecería que la compartieras para mejorar esta
entrada.
¡Saludos desde
EL HANGAR!
Firebrand
Apasionante relato, aunque prefiero el Ki100, siempre es estimulante. Gracias
ResponderEliminarCelebro que esta breve reseña haya ganado tu atención, Pablo. Lamento no haber logrado encontrar más información sobre Nakano, pero me ha resultado del todo imposible.
EliminarNo cabe duda de que el Ki-100 deomstró ser un avión muy superior al modelo original, pero el Ki-61 tuvo un gran protagonismo contra los B29 y la gente de ARES se lo ha reconocido con las tres miniaturas de Kobayashi, Nakano e Ichikawa.